Una procesión de chicas con principio de taquicardia. Vinchas, remeras, amigas vestidas como siamesas. Muchachos peinados carpinchos. La entrevista con El Polaco (Ezequiel Iván Cwirkaluk, 20) está pactada para antes de su show cuasi matiné, en el Teatro Coliseo, de Lomas de Zamora. Detrás de escenario, un acto escolar: niños con sus madres y abuelas, los pibes del barrio. En un camerino de 1x1, espera el máximo ejemplar de la nueva generación de siberian huskys cumbieros (todos los cantantes tienen ojos celestes y amagues de rubio): El Polaco se prueba un chaleco y es Ulises Bueno (hermano del Potro) quien le aconseja: "Sin". Ya en los tiempos de Una de Kal, su anterior grupo, el Polaco se despegaba por su polenta. Flaquito, ligeramente tímido, recibe con un abrazo. ¿Hay nervios antes del show? "Un poco de ansiedad. Con 1500 shows en un año, ya no podés tener nervios", dice. Afuera empezó "el grito de las chicas" y "el silbido de los muchachos". Polaco sólo habla de su agradecimiento a la gente (de TODAS las provincias y de Uruguay, donde canta cada dos meses), a Mirtha Legrand (lo invitó en Mar del Plata) y aclara que no tiene fotolog ("Son todos truchos"). Y sale disparado, con una estela de jardín de infantes, que se acomoda a los costados de los músicos. Será más de una hora de cumbia romántica testimonial con base, intercalado sólo con el pedido de aplauso por el disco de oro -
